EL CAZADOR

Una extraña niebla se levanta de la superficie de la tierra...Solo la luz de la luna alumbra en las tinieblas...Unas finas gotas de lluvia comienzan a caer sobre las rosas y sobre el pasto produciendo un perfume único...Me siento feliz de poder disfrutar estas maravillas del mundo en que habito...De pronto mi cuerpo se tensiona...Todos mis sentidos se alertan...Unos ojos acechan desde las penumbras...Se que me espías...No se aun quien eres...Pero pronto lo sabré...Lo presiento...Eres un Cazador...Un Ángel arrepentido a quien Dios manda a la tierra a exterminar a los refugiados iniciales...Por un segundo imperceptible al ojo humano...Me detengo para usar todos mis sentidos,  sobre todo el olfato...Es el sentido mas desarrollado de los vampiros...Por eso cuando atrapo a una presa...La abrazo...La tomo con ambos brazos como si fuera el paso del baile mas exquisito que imagines...Con total delicadeza...Huelo a mi víctima...La olfateo...Desde el inicio del cuello hasta su rostro..A través de sus olores ella va penetrando en mis sentidos antes que su sangre...Con el olfato podemos detectar enemigos a mucha distancia...Y en ese segundo siento como el Cazador queda detenido también...Esperando...Pero no le dejo notar que lo he descubierto...El juego ha comenzado...Y se quien ganara de antemano...Sigo caminando y en un abrir y cerrar de ojos...Desaparezco...Y ya puedo observar todo desde las alturas...Doy una mirada general y puedo observar a muchos ángeles que como estatuas vivientes también observan en la oscuridad...Todos saben del extraño recién llegado...Y lo vigilan...No saben por quien ha venido...Y desconfían...Temen...Cuando advierten mi presencia...Ya no les quedan dudas...Y se preparan para la batalla que se desarrollara ante sus ojos...Me dirijo hacia territorio sagrado para un vampiro...El cementerio...Las tumbas que me rodean me dan la tranquilidad que necesito...La luna vigila mis pasos...Y Una brisa nocturna acaricia mi rostro...De espaldas...Parada ante una cruz gigantesca, esta La Muerte, que sera testigo de esta batalla...Ella siempre esta esperando por mi...Presiento la llegada del cazador en su rostro...Ella sabe que un alma se llevara...Y espera sabiendo que el espectáculo sera bueno...Sera tan fácil para mi derrotarlo...Nuestros ojos se encuentran y sucede lo que ya he relatado antes...Milenarias imagenes pasan ante nuestros ojos...Remontándose a los inicios de los tiempos...Solo un segundo después el comprende su error...Soy Maharet...No hay ser que pueda enfrentarse a mi y salga triunfante...No puede moverse de su sitio...Me acerco...Lo abrazo...Y lo fundo con mi pecho...Me detengo a olfatear su piel y como un lobo hambriento muerdo su cuello...Disfruto de su cálida sangre que penetra entre mis labios y cae en mi boca como ambrosía del cielo...Hasta la ultima gota....Y veo su alma alejarse horrorizada...Sabe cual es su destino...Las tinieblas eternas...Para un ángel...Eso es la peor condena...Aun peor que ser un ángel caído...Tiro su cuerpo a un lado...Y caigo de rodillas...He cometido el peor de los pecados...He matado a un ángel...Miro hacia el infinito...Mientras la lluvia comienza a arreciar sobre el cementerio...Cae sobre mi rostro confundiéndose con mis lágrimas...Tornándose roja  sobre mi rostro...Levanto las manos al cielo...Y grito con todas mis fuerzas...Tal vez así seré escuchado...Quien eres Dios?...Quien eres que te crees dueño del destino del mundo?...Tu decides tanto sufrimiento???...Cual es el motivo, Dios, por el cual tantos seres deben sufrir tu terrible castigo?...Por supuesto que nunca obtendré su respuesta...Saco una  rosa azul de mi bolsillo y la dejo sobre el ángel arrepentido...Ahora sabes que Dios nunca perdona...Me levanto y camino por el sendero...Los ángeles que presenciaban la escena levantan vuelo y siento la brisa que producen con sus alas...Sus lágrimas manchan de negro las lapidas del cementerio...Me quedo sola...Con las manos a los costados...Los puños cerrados...Y un dolor que permanecerá en mi corazón...Por los siglos de los siglos...

Autor del texto: Maharet Reina Madre