Hermoso Príncipe...
En las solitarias tinieblas...
Oigo mi nombre en la lejanía...
Que bello suena viniendo de tus bellos labios...
Mis labios también pronuncian tu nombre...
Y el viento se encarga de llevarlo hacia ti...
Susurro como para mi...
Dos palabras que el viento vuelve a envolver...
Llevándolas hacia ti...
TE AMO...
De espaldas y con la vista en el frío suelo que mis pies pisan esta oscura noche solitaria...
Espero...
A que el viento me traiga la respuesta...
De pronto...
Un aire cálido llega rozando mi rostro...
Y me envuelve por completo...
Siento música...
Una hermosa música que invade mi fría alma...
Aún en la lejanía...
Nuestras almas se buscan y se encuentran...
Eternamente juntas...
Bailarán al unísono en el último sitio...
Allí donde moran las almas que se atraen...
Porque se pertenecen...
Por los siglos de los siglos...
Autor del texto: Maharet Reina Madre