SOY MAHARET, LA REINA MADRE


SOY MAHARET Y ESTA ES MI MORADA...NO QUEDAN MUCHOS VAMPIROS EN ESTA TIERRA Y YO SOY UNO DE ELLOS...ENTRA LIBREMENTE Y POR TU PROPIA VOLUNTAD...PERO CUIDADO...PORQUE AQUI NO HAY LUGAR PARA IMPOSTORES NI PARA NIÑOS QUE JUEGAN A SER VAMPIROS PERO EN REALIDAD LE TEMEN A LA OSCURIDAD...AQUI CONOCERAN SECRETOS QUE NADIE CONOCE, SOLO LOS VAMPIROS DE RAZA... PODRAN LEER TEXTOS Y POESIA VAMPIRICA...PERO SOBRE TODO CONOCERAN MI HISTORIA...DESDE LOS INICIOS...LES VOY A PEDIR QUE MIREN TODAS LAS ETIQUETAS PORQUE HAY COSAS MUY INTERESANTE PARA VER QUE NO ESTAN EN LA PAGINA DE INICIO...RECORRAN TODA MI MORADA SIN PERDERSE NADA Y LEAN LO QUE HE ESCRITO PARA USTEDES...Y POR SUPUESTO...JAMAS SE OLVIDEN DE COMENTAR...DEJENME SUS HUELLAS DE SANGRE...ENTRA EN LAS TINIEBLAS Y SIENTETE PARTE DE ELLAS...CAMINA POR MI MORADA BAJO LA BLANCA LUZ DE LA LUNA...DEJATE ATRAPAR POR MIS PALABRAS...ENTRA EN MI MUNDO Y SIENTETE PARTE DE EL...COMPARTE CONMIGO EL RITO OSCURO Y YO TE DARE LA VIDA ETERNA...BEBE DE MI SANGRE...BIENVENIDO AL MUNDO VAMPIRICO...


jueves, 19 de agosto de 2010

QUIERES SER UN VAMPIRO? 6. ELIGOR


Una vez mas mi eterna noche vuelve a empezar, a veces clara por la iluminacion de la luna, que sigue todos mis pasos, a veces negra, complice de mis travesuras nocturnas. Salgo de mis dominios, y me encamino, decidida hacia unos de mis lugares predilectos, que otro lugar puede ser que un lúgubre y tétrico cementerio. Aparte de que estos lugares son oscuros, no porque estén poco iluminados, es la visita obligada para un vampiro. Muchas veces es un refugio para nosotros y otras un lugar donde reposar nuestros cuerpos, al retirarnos por largos años de la vida de los mortales. A veces no nos gusta la época o debemos olvidar un amor que nos esta costando muchas lágrimas y destrozando nuestro frágil corazón de vampiro. Hoy mi visita se debe a que necesito pensar, discernir sobre un tema que me afecta. He estado siguiendo por muchos días a un ser mortal que ha robado mi corazón, tan bello como un ángel, si confiamos en la descripción
que de ellos hacen todos los literatos.
El sabe de mi poder y quiere compartir el rito oscuro conmigo.Eligor es tan poderoso como yo solo que no es inmortal, y es lo que pretende. a pesar de que parece un ángel por su belleza, se que no lo es en su interior.Sabemos que la belleza llega hasta la profundidad de la piel. Es superficial, la verdadera belleza esta en nuestro interior, allí se encuentra nuestra verdadera esencia. Puedo convertirlo? Darle la sagrada inmortalidad que yo poseo desde el inicio de los tiempos, a este ser solo por amarlo? En eso estoy, recostado sobre una cripta con un inmensa cruz gótica que hace de respaldo cuando siento un gemido, como un susurro que se aproxima y veo dos siluetas, una mas pequeña, como de niño. Entonces me hiergo y mis sentidos se ponen en alerta. Es el, Eligor, y viene acompañado de un tierno niño. Me lo entrega como obsequio, dándole un empujón, y el niño cae en la protección de mis brazos. Pobre Eligor... el no sabe de nuestras reglas: nunca niños, nunca ancianos. Poso al niño delicadamente sobre la cripta, maldiciendo por su llanto y me acerco a Eligor. El sonríe triunfal creyendo que ha hecho el movimiento perfecto, como en un pase de ajedrez. Lo tomo delicadamente, como hago siempre con mis victimas, aparto su larga y brillante cabellera, y beso su delicado y blanco cuello hundiendo mis colmillos en su blanda piel, hasta que siento bullir su sangre en mi boca. Succiono su sangre , saboreandola, y antes de acabar con su vida me aseguro de que lo sepa. Sus ojos bellos se oscurecen y capto el terror que despiden, su manos me sujetan aterradas tratando a su vez de sujetarse a la vida. Luego siento como se abandona, demasiado tarde entendió su error. Suelto su cuerpo que cae sin vida sobre la tierra sagrada y tiro sobre el un de mis rosas azules que queda enredada en su hermosa cabellera. Cuando giro, aun con rictus salvaje en mis facciones, veo dos ojos que me miran sorprendidos, algo temerosos y también curiosos por lo que acababa de presenciar. Camino hacia el y extiendo mi mano blanca y fría y rozo con mis uñas nacaradas su joven y delicada piel. El se aferra a mi mano y se para al lado mio mirándome con sus ojos retadores. Veo algo en sus ojos,tomo su mano pequeña y caliente y comenzamos a caminar hacia la salida del cementerio, y ambos miramos hacia arriba hacia la única testigo de aquel crimen...la luna...teñida de sangre, que silenciosa seguía nuestros pasos...


Autor del texto: Maharet Reina madre